24 febrero 2021
1079 - Cortesía
Ser cortés no cuesta nada y sin embargo, se gana mucho. Es una conducta que debería verse más a menudo, porque las palabras dichas con suavidad, tacto y cortesía construyen, porque un “lo siento”, un “por favor” o un “usted primero” son el perfume de esa amabilidad que muchos nos empeñamos en seguir practicando.
Ahora bien, más allá de ver la cortesía como un simple acto de respeto hacia nuestros semejantes, podríamos decir que es algo más que todo esto. Hablamos de un valor personal, de un modo de actuar donde creamos relaciones positivas a través de la cordialidad. Ahí donde el reconocimiento nos sirve para construir un tipo de lenguaje significativo y hasta poderoso.
Vivimos en una sociedad donde para pedir ayuda o información a determinadas compañías u organismos a través del teléfono, nos atienden máquinas programadas para ello. En nuestros trenes y autobuses, se nos recuerda a través de carteles que debemos ceder los asientos a embarazadas o a personas mayores, porque al parecer, a menudo se nos “olvida” hacerlo.
Ahora bien, la persona que actúa con cortesía no necesita que nadie le recuerde cómo se practica la amabilidad. Lo hace porque así lo siente, y también, porque así lo ha vivido desde niño. De hecho, y aunque parezca curioso, no basta con enseñar a nuestros hijos a ser amables, a dar las gracias, a decir buenos días o a expresar un lo siento cuando así lo requiere la situación.
Nadie puede llegar a desarrollar o a aplicar una cortesía auténtica si primero no ha vivido, sentido y visto en propia piel cómo se construyen los actos más auténticos de amabilidad y reconocimiento por el otro. En el momento en que uno experimenta lo que se siente al ser considerado, entiende por qué es tan importante propiciar esa misma sensación en los demás.
Porque la cortesía, efectivamente no cuesta nada, sin embargo, consigue mucho.
Seguir leyendo02 junio 2020
25 mayo 2020
16 agosto 2018
757 - Ignorancia
![]() |
Baltasar Gracián |
El Señor dice:
"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente
y sin reproche, y le será dada.
Pero pida con fe, no dudando nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar.
No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor" (Stg.1:5-7)
Si te falta sabiduría, simplemente pídesela al Señor.
Desde luego que siempre nos hace falta sabiduría,
así que pidámosla siempre al Señor.
Puedes orar y recibir una respuesta inmediatamente,
pero si te apoyas en tu propio entendimiento
y en tu propia sabiduría,
es muy probable que cometas algún error lamentable.
Si dependes sólo de tus propias fuerzas,
tu propio talento, tu propia sabiduría,
tu propio orgullo y tus propios conocimientos,
todo lo que hagas se desvanecerá.
Pero si te apoyas en el Señor,
y lo "reconoces en todos tus caminos,
Él enderezará tus veredas." (Pro.3:6)
Por muy pequeño que seas,
siempre hay un Dios muy grande dispuesto a ayudarte,
quien es lo bastante grande como para hacer la tarea,
por decir lo menos.
De modo que, pídele ayuda al Señor...
Apóyate en el Señor, mira al Señor.
No te fíes de tu talento.
Dios es más talentoso que tú.
Es más grande de lo que tú jamás podrías llegar a ser.
Pero si Él te inspira y te guía,
cualquier cosa que hagas será lo mejor... Seguir leyendo
25 julio 2018
735 - Argumentos
![]() |
Baltasar Gracián (1601-1658) Escritor español. |
Ser tan fuerte que nada pueda turbar la paz de tu mente.
Hablar a todos de salud, felicidad y prosperidad.
Hacer que los demás sientan que hay algo bueno en ellos.
Seguir leyendo