Reflexiones

Sabiduría de un viejo ermitaño

Un viejo ermitaño, se refugiaba en la montaña para dedicarse a meditar y hacer penitencia. 
Un día alguien le preguntó: 
¿Cómo puede tener tanto trabajo si vive en la soledad?
Él contestó: 
“Tengo que entrenar a:
dos halcones, 
a dos águilas, 
tranquilizar a dos conejos 
disciplinar una serpiente motivar a un asno y domar a un león. 
- No veo ningún animal por aquí, ¿dónde están?
El ermitaño le respondió:
Estos animales los llevamos todos dentro...
Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno o malo, tengo que entrenarlos para que se lancen sobre cosas buenas:
Son mis ojos... 
Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que entrenarlas para que se pongan al servicio y ayuden sin hacer daño:
Son mis manos... 
Los conejos quieren ir a donde ellos quieran, quieren esquivar las situaciones difíciles, tengo que enseñarles a estar tranquilos aunque haya sufrimiento, problema o cualquier cosa que no me gusta:
Son mis pies... 
Lo más difícil es vigilar la serpiente, está encerrada en una fuerte jaula, pero ella siempre está lista para atacar, morder y colocar su veneno en cualquiera que esté cerca, por ello tengo que disciplinarla:
Es mi lengua... 
El burro es obstinado, no quiere cumplir con su deber, siempre está cansado y se niega a llevar su carga cada día:
Es mi cuerpo...
Por último necesito domar al león, quiere ser el rey, es altivo y siempre quiere ser el primero, es vanidoso, es orgulloso, se cree el mejor:
Es mi EGO... 
Como ve tengo demasiado trabajo por hacer".


*********************************************************************************
¿Para qué sirve un minuto?

Un minuto sirve para sonreír, sonreír para el otro, para ti y para la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.
Un minuto sirve para escuchar el silencio.

Es en un minuto en que uno dice el sí, o el no que cambiará toda su vida.
Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.
Un minuto para sentir la responsabilidad, pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.

En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser.
En un minuto se puede salvar una vida.
Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.
Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar, de una vida.

Minutos........ Cuantas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta, pero también cuantas veces traemos a nuestra vida los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y tristezas.    Con frecuencia decimos " es un minuto" que nos parece nada, pero cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre, como se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestro trabajo, como se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto al que se entrega al hilo al nacer y como también que la vida otorgue más minutos a que la muerte separará físicamente y no veremos más.
Un minuto parece increíble, parece tan poquito, y sin embargo, puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.

Lo importante no es vivir la vida por qué sí, dejando pasar el tiempo.
Aprendamos a vivir la vida intensamente.   Aprendamos a no posponer las emociones más lindas de la vida pensando que " sí no es hoy, será mañana”.  Recuerda que tu tiempo es hoy.   La vida es hoy. Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.
Autora: María Julia La Fuente.

Comentarios:

Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.