15 mayo 2019

Elizabeth Ann Seton
Los errores bien asumidos son mejores maestros que las victorias. Casi siempre aprendemos más de los fracasos que de los triunfos.
¡Cuán importante es aprender a fracasar! ¡Cómo nos sirve recordar que es sabiendo perder como se llega a ganar!
Hay que educar en el arte de fracasar porque estamos asediados por un facilismo y un inmediatismo que dan miedo.
Sí señor, en este mundo de una comodidad refinada es difícil aceptar que aprender a vivir es como aprender a caminar:
Aprender a punta de tropezones, caídas y un buen número de golpes. Nadie camina bien en los primeros intentos.
Por eso, decían los romanos hace siglos: Uno aprende equivocándose. En Latín: Errando, discitur.
Con lo cual no se está patrocinando la mediocridad sino aceptando con realismo que es de sabios presupuestar pérdidas e imprevistos.
Nos hace bien vacunarnos contra la soberbia que engendra los triunfos fáciles. Lo mejor es graduarnos en sencillez y en perseverancia.

Gonzalo Gallo González

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