21 enero 2021

 


¿A qué paso caminar?

Una vez que se han tomado

las precauciones necesarias

para salvaguardar el equilibrio,

hay que darse sin medirse,

para obtener el máximo de eficacia,

para suprimir en la medida de lo posible

las causas del dolor humano.

Se trabaja casi al límite de sus fuerzas,

pero se encuentra,

en la totalidad de su donación

y en la intensidad de su esfuerzo,

una energía como inagotable.

Los que se dan a medias están pronto gastados,

cualquier esfuerzo los cansa.

Los que se han dado del todo,

se mantienen en la línea

bajo el impulso de su vitalidad profunda.

El hombre generoso

tiende a marchar demasiado aprisa:

querría instaurar el bien y pulverizar la injusticia […].

Místicamente se trata de caminar al paso de Dios,

de tomar su sitio justo en el plan de Dios.

(san Alberto Hurtado)

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