30 septiembre 2015


Hay personalidades estables, inteligentes, narcisistas, que necesitan un reconocimiento del entorno, pero cuyas capacidades adaptativas son tan adecuadas que la fama los hace progresar y los estabiliza. Otros desarrollan una inteligencia emocional mediática. Se aferran a la fama como una adicción, y cuando la pierden, la reemplazan por el alcohol, la droga, el sexo, la violencia. Son personalidades desadaptadas que ante la fama pueden desequilibrarse, volverse agresivas, intolerantes, infantiles y vivir cambiando de pareja. Estas personas deberían ser sometidas a un estudio de personalidad. Son susceptibles de cambio y mejoría si buscan ayuda profesional.
Dr. Germán Aguirre:
Médico Neuropsiquiatra, especialista en comportamiento humano.

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